Todos somos dueños de una identidad y eso es cuestionable; sin embargo, no todos nos sentimos orgullosos de ella, ni la vivimos plenamente. Pertenecemos al Perú, vivimos en su territorio y estamos regidos por sus leyes.
El origen de todo se encuentra en nuestro pasado histórico. Para sentirnos parte de una comunidad nacional, es necesario construir un sentimiento de comunidad y en el Perú no se dio, por el contrario, se fragmentó.
Otra causa de reconocida importancia es la globalización término tan usado últimamente y que tiene una alta incidencia en lo que respecta a la construcción de la identidad nacional. A pesar de que este fenómeno comprende a todos los países, siempre impone los modelos de los más desarrollados, promoviendo sobre todo en niños y jóvenes, que lo extranjero siempre es mejor que lo propio. Esto ocasiona el alejamiento de nuestras costumbres y tradiciones y la adopción de otras que "supuestamente" nos hacen mejores.
Como tutores, tenemos en nuestras manos una enorme responsabilidad, que es la de formar verdaderos peruanos, con orgullo de serlo.
Aquí en nuestro querido colegio, San Jorge de Miraflores, estamos asumiendo este gran reto y lo demostramos con la puesta en escena de nuestro FESTIDANZA, recuperando el papel de la escuela como impulsadora de la consolidación de la identidad peruana el cual es uno de los principales desafíos educativos de nuestro país.
La capacidad que la escuela tiene para transmitir valores culturales determinará la consolidación de nuestra identidad como nación, si nos mantenemos al margen de ellos significará quedar excluidos de toda posibilidad de participación en la vida nacional.
Para incentivar esta integración cultural, la educación debe partir del reconocimiento de las diferencias, de la heterogeneidad. Nuestros alumnos son diferentes y únicos y esa es su principal riqueza como persona. Fomentemos desde pequeños el trato de unos a otros con respeto; a no diferenciar el color de la piel, la raza, el tamaño, etc.; a reconocer en sus compañeros a unos hermanos; a compartir con todos por igual; a ponerse en el lugar del otro en las diversas situaciones cotidianas que ocurren en el aula; a quererse y protegerse mutuamente y a querer y respetar lo nuestro.
jueves, 22 de noviembre de 2007
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